miércoles, 29 de mayo de 2013

Divagaciones de séptimo

Un fin esperado, el semestre pasado lo catalogué de pésimo, ni siquiera tuve las ganas de escribir el tradicional resumen de cada fin de semestre (al final sí lo escribí); ¿pero qué decir de éste? Pues fue mucho peor.

Quería que fuera el broche de oro para la finalización de los talleres, hacer el trabajo con la mayor motivación, todo parecía que marcharía bien, sin sobresaltos, (hablando del taller). Un grupo decente con pocos conocidos de verdad y un único aliado; hubo otros al final.

Las ganas menguadas, la saturación en su máximo nivel, ganas de trabajar bien nulas. Causar decepción en personas que no interesan es irrelevante, perder la credibilidad es aún peor, también que otras personas pierdan su credibilidad da conclusiones añejas, que sólo confirman que ya no son aliados, que ya quedan a un lado, por mi parte no importa ser recordado como el man que dejó el trabajo a última hora, la vida da revancha y algún día llegará, todos los días se aprende, no importa la edad, y siempre llegan opciones, hay que saberlas utilizar, no quedarse pensando en el error, y lo que lo produjo, únicamente resetearse y seguir como debe ser.

Una de las cabezas del grupo me decía que lo que hice podría repercutir en mi vida, sí la oí atentamente… pero son decisiones que se toman y no tienen reversa y las consecuencias uno las sabe, además hay cosas peores en la vida y si uno deja algo tirado es porque le nace hacerlo y no satisface en el momento, decisiones así las he tomado antes, recuerdo una importante en el 2001, cuando sentí el colegio como una cárcel, tuve una decisión, y puede que haya repercutido en mi vida para mal, pero al final eso nadie lo sabe, y sigo vivo, entonces cuando algo se aleja de mi satisfacción o pasión lo dejo a un lado. Y lo del abandono del grupo el día final a nadie afectó.

Puede que sea mimado, pone quejas, llorón, pero en mis principios, nunca estará tratar de forma indiscriminada a nadie, por más rabia que le tenga o fastidio que me cause. Es raro que una persona llegue al punto de encabronarme, pero braveando y vituperando, aparte de gritos sin sentido originan que hasta el más paciente se enajene.

El corto fue una experiencia mierda, que espero algún día sirva para algo, detesto el tema de niños y animales, esas historias no me satisfacen, a menos que sea una historia hecha por gente que conozca, prefiero niños en papeles de acción, cero ternura, ni inocencia Estereotipadas, pues bueno, son los personajes de niños que veo en la mayoría de películas que me han gustado.

*El niño actor del corto es un bacán no tiene la culpa. El pollo tampoco.

Confieso mis errores, subestimé la parte audiovisual, no hice script de sonido, no fui previsivo, y eso que me caracterizo por no dejar nada al azar, pero fallé, el marica pollo no tenía la culpa, (la profesora de arte un día dijo así) ni la que dio origen a la idea, de ella rescato dos frases, “La claqueta es de Hollywood, no la sabemos hacer” – “Una premier sin alfombra roja es una deshonra” bueno en fin, terrible, la peor sin duda, pero que le vaya bien, en su oscuro mundo universo, por uno pagan todos, pero todo salió bien.

Enumerar verdaderos puntos positivos no alcanza, son pocos; por fin mi anhelada cámara que la quemé en ese corto insatisfactorio, dentro del grupo confirmé que siempre surgen buenos elementos en la personas menos esperadas, lo digo por una chica que me dejó gratamente sorprendido y otros que están ahí, que si los convocan aparecen para aclarar ideas; no caer en viejos sentimientos, igual hay mucha gente inservible, unos que eran importantes pero quedaron en el camino, ¿llegarán hasta el final con uno? nadie lo sabe, gracias por los buenos amigos que quedan.

Siempre tuve todo a la mano, pero no tenía la disposición para estar al lado de ella una vez más, no quería compartir mi entorno con alguien despreciable, perdón por los demás pero es la verdad. No me pagan por aguantarme gente así. (Ya no tengo rabia, pero tenía que escribirloJ)
Son pocos los que me importan realmente, uno muchas veces no debe seguir a nadie, ni sacrificarse por la gente, que muchas veces nadie se sacrifica o saca la cara por uno, muy pocos sinceramente, esos hay que valorarlos; ir por sus propias convicciones.    Que me critiquen mis amigos o personas más cercanas, el resto se pueden ir a una caneca llena de desperdicios fecales, yo no los critico, no me critiquen, el que critica es porque sabe el contexto, de resto son comentarios baratos. Finalizó el semestre como debe ser siempre, ganando todo.