La música siempre tan sagrada,
emotiva e inspiradora, es el impulso para realizar actos valientes y
arriesgados. En este caso me voy a referir al añejo acto de dedicar canciones,
tal vez de esas tradiciones que era más común escuchar en relatos de nuestros
abuelos y padres, donde el sentimiento se reforzaba con una creación musical
completamente solemne, que derretía de amor a las personas que se le dedicaba. En
esos tiempos donde eran habituales los boleros o buenas baladas, y todavía las
emisoras no estaban tan contaminadas con sonidos grotescos.
Ya volviendo al presente, pienso en
esa bonita costumbre y caigo en la cuenta que alguna vez hice una lista de
hermosas composiciones, todas canciones extremadamente dedicables, no sólo de
rock, aparecían también sonidos de salsa, boleros, tropicales y algunas
canciones protesta; con el paso de los años descubrí que seguramente si los
hubiera dedicado no se valorarían y se desperdiciarían en el aire.
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Foto Milenio.com |
Esas canciones increíbles, llenas
de esperanza y luz, que son himnos perfectos para un evento especial, por
ejemplo, como pasar un rato agradable con la persona que uno quiere, y que ese
hermoso sonido en particular produzca llanto, escalofrío y un estallido de
emociones, todo esto debe ser una sensación mutua pero mejor si lo siente el otro
individuo, pero en la realidad son eventos casi imposibles teniendo en cuenta
lo que escucha la gente hoy por hoy; y no los juzgo porque es lo que hay a la
mano y todos tenemos derecho a oír lo que se nos dé la gana.
Mi consejo para los que les gusta
dedicar canciones, regalen temas de reggaetón. Porque al fin de cuentas, si se
desperdicia esa dedicatoria a nadie le importará, el reggaetón está para los ¨amoríos¨
fugaces y las relaciones de una noche, esas que no importan, no será sublime y todavía no
conozco a nadie que en sano juicio se derrita de amor por una composición de reggaetón
(de pronto prendidos les producirá lujuria y calentura) pero una melodía
dedicable trasciende el cuerpo y se queda en el alma, es por eso lo delicado de
destinar algo grandioso y único. Posiblemente la sonoridad que alguna vez quise
ofrecer está, y son muchas, pero la desempolvaré para el día que me case y que
no haya sentimientos fugados, por estos días a la única que le dedicaría una canción
es a Daisy Ridley ;)