A la media noche del 1 de noviembre
del año 76, un personaje sucio y andrajoso, vestido de negro, buscaba huesos y
restos humanos en el cementerio central de Praga. Su plan era activar un viejo
maleficio, para reanimar almas y viejos cuerpos, todo se relacionaba con
hechizos vudú que aprendió en años anteriores de la mano de brujos isleños.
El hombre cuando intentaba conjurar y
realizar el hechizo se percató que necesitaba el cuerpo de un ser humano que no
llevara mucho tiempo sin vida. Cerca del cementerio notó que dormía un
indigente, él necesitaba un cuerpo. Utilizó una daga que mostraba el reflejo de
la luna llena, sin pensarlo dos veces, clavó la daga en el pecho de aquel
hombre indefenso.
Un grito se escuchó en el oscuro
callejón, nadie pasaba por ese lugar, el misterioso hombre se llevó el cuerpo
para su casa, que era cercana al viejo cementerio, temía que fuera a delatarse
por la mancha de sangre que se veía durante el recorrido. Pero a él no le
importaba porque con el mismo costal del indefenso fue limpiando el rastro
rojo; en poco tiempo se iría a refugiar lejos de ese lugar.
Y con el cuerpo fresco podía llevar a
cabo su maléfico plan, dentro de su conocimiento estaba atrapar las almas de
difuntos recientes, era su estrategia para crear un sirviente sin conciencia,
un verdadero esclavo del mal.
Dos días después del crimen, el
hombre del mal ya disponía de su ente leal y maligno, era el ensayo de lo que
podría darse en un futuro cercano, la idea de Paterson (el hombre oscuro) tenía
que ver con crear una rebelión para darle una lección a la sociedad, sobre las
injusticias que para él ocurrían todos los días, pero lo que no entendía en su
mente cerrada, era que lo que hacía no generaba justicia, sino caos en la ya
destruida sociedad que se forjaba durante los años 70.
Por su propia seguridad, Paterson
sólo utilizaba a su zombi en las horas de la noche, porque sin duda era más
efectivo que en plena luz del sol, comenzó atacando en zonas donde habitaban
recicladores indefensos, que por tanta droga no sabían si era algo real o una
alucinación muy verdadera. Así, algunos medios del lugar comenzaron a registrar
sucesos y asesinatos en aquella zona de la ciudad, fue creciendo la leyenda del
muerto viviente que atacaba a locos callejeros, indigentes y recicladores.
Muchos investigadores tenían en
cuenta las historias de habitantes de la zona, pero en realidad pocas historias
de esas eran creíbles, porque provenían de hombres que ya habían perdido el
juicio, y no entendían ni su propia realidad.
Para la policía era recurrente ir a
patrullar la zona, pero durante un tiempo los asesinatos terminaron, fueron
casi cuatro meses donde no se sabía de muertes, pero lo que sí sucedió era la
pérdida de los cuerpos de los indigentes muertos, fueron más de 10 cadáveres
que se perdieron durante el tiempo de los asesinatos.
Paterson ya tenía un pequeño escuadrón
de muertos vivientes listo para atacar, pero para él no era suficiente, prefería
guardar más tiempo para crear otra estrategia con la cual tendría un verdadero ejército
listo para arrasar con toda una ciudad.
Tenía que crear un suceso para
convocar personas inocentes, por eso un día alquiló toda una bodega, capaz de
albergar a muchas personas; de inmediato planeó secuestrar a desprevenidos en
las noches, esperaba que en pocos días capturara a la gente necesaria para la
oleada de carne putrefacta y muerte por doquier.
En tan sólo 10 días se habían perdido
35 personas en la ciudad, todas en horas de la noche y ya no era en el acostumbrado
lugar, en muchos barrios y sectores se perdían, era incontrolable para las
autoridades.
En un sitio de la ciudad se hallaba Chrystal,
ella era una joven de 22 años que había sobrevivido a un inesperado y brutal
ataque de uno de los zombis de Paterson, La joven tuvo la osadía de salir muy
tarde de la universidad, ella nunca hizo caso a los reportes oficiales que
hablaban de sucesivas desapariciones originadas por unos personajes que aún no
eran identificados.
Esa noche antes del ataque todos sus
compañeros se habían ido temprano, generalmente ella salía con otras dos amigas,
siempre después de las clases, pero desafortunadamente aquel día nadie se quedó
para acompañarla al paradero.
Al cruzar el parque, a dos cuadras de
la avenida, advirtió que el alumbrado público no tenía las luces encendidas, sólo
se notaba dos calles después del parque, ella vio a pocos metros de unos
árboles a tres hombres con sacos oscuros,
capota sobre la cabeza, con tan poca luz, era imposible percibir los
rostros, en el momento en que ella los miró, uno de los tres se levantó y se
abalanzó; con la confusión del momento Chrystal tropieza y cae en el césped
recortado, ella de inmediato notó que esos personajes tenían un olor
putrefacto, más parecido a carne podrida y pus, con el primer intento de
escape, el siniestro hombre le arranca parte de la ropa, los brazos de Chrystal
estaban ya lastimados, ella pudo defenderse gracias a unos desechos de árboles
cortados, estas ramas la ayudaron a contraatacar, en el alboroto, siguió
corriendo por las calles oscuras, era perseguida por ese grupo de muertos; los
cuerpos de ellos ya estaban descompuestos, por esta razón , el maléfico creador
de zombis quería raptar más personas para renovar y reponer el personal que ya
se desmoronaba por el paso de los días, dichos cuerpos no duraban mucho tiempo
preservados, porque la piel se abría y la carne se salía, por eso perdían fuerza
y agilidad.
Al día siguiente la joven va al
hospital y posteriormente se dirige a la estación de policía más cercana, allí
explica lo acontecido la noche anterior a un oficial, él la envía a una oficina
cercana, a hablar sobre lo que pasó con el detective Harry Lohan, él llevaba el
caso de las personas perdidas.
Dentro de lo investigado se tenían
varias versiones que se relacionaban con
raptos nocturnos, pero nada que se relacionara con zombis o espectros de
la noche, para Harry era poco verídico que las calles se llenaran de aquellos
hombres de cuentos de terror.
-Detective, lo que digo me sucedió
hace algunas horas, no le miento, eran tres tipos que no tenían escrúpulos y no
hablaban.
-Señorita Chrystal, en estos tiempos
es poco probable que una historia así sea creíble. Para los hombres de la ley,
es verdad que hay muchas personas perdidas, pero seguro lo causó un grupo de
crimen organizado de la ciudad.
-Se lo diré por última vez, lo que vi
no era broma, ustedes tienen que hacer algo, por lo menos que vigilen una vez
esa zona cerca a la universidad, si no pasa nada no molestaré más.
-Mmm… bueno, prepararé una brigada
con algunos inexpertos policías, seguro a ellos les interesara el caso.
Dos días pasaron, y un grupo de
jóvenes policías y el detective Harry, ya estaban preparados para entrar en la
zona donde habían atacado a Chrystal; ella fue la primera en hablar con Harry, acordaron
la hora y planearon cómo iban a capturar a uno de los hombres encapuchados.
Casi a las 23:00 horas, el parque tenía
bastante iluminación y las calles aledañas también, así la misión y el plan se
iban al piso, nada en el lugar evidenciaba anomalías, la sillas, los árboles y
en general, normal.
Dejaron a un novato policía como
carnada en aquel solitario lugar, esperaron casi dos horas, sólo veían que
pasaban recicladores muy cerca de allí, pero ninguno con la descripción de los
hombres que atacaron antes; ya era la madrugada y de repente escucharon gritos
en un callejón cerca, todos los que aguardaban en una camioneta se alarmaron y
de inmediato fueron a hallar ese grito, cuando llegaron, encontraron una imagen
dantesca, un hombre completamente degollado, desmenuzado, hecho trizas, con
todo el tracto digestivo esparcido por la calle, por lo que quedaba de su
cráneo, parecía que ser un hombre de edad avanzada, pero no hubo un vestigio
del agresor, uno de los policías vio que una huella de sangre conducía a una
alcantarilla, pero nadie quiso ir allá.
El detective pensó que no habría
otras oportunidades para dar con el siniestro asesino; todos alistaron las
armas de dotación y comenzaron a abrir esa vieja tubería. Los oficiales le
aconsejaron a Chrystal que se fuera de allí por seguridad, ella de inmediato salió
hacia una calle principal para buscar un taxi, mientras los oficiales seguían
en el lugar, como toda la alcantarilla, tenía un mal olor; con sus linternas
alumbraban la bajada, el conducto no tenia aire, y dificultaba más la
inspección de la cloaca, caminaron unos cinco metros, para encontrar restos
humanos, brazos, piernas, dedos y otras extremidades que estaban en ese angosto
sitio, atónitos los hombres de la ley decidieron regresar, pero cuando se
devolvían por el mismo tubo, fueron sorprendidos por bestias sedientas de
sangre, un grupo de harapientos seres que habitaban en el subterráneo, algunos
de ellos no tenían todas las partes del cuerpo, pero incompletos no era
sinónimo de menos agresivos; el primer policía disparó a una de las criaturas
pero no tuvo resultado, al contrario, los volvió más agresivos, cuando los demás
oficiales dispararon, los zombis saltaron de manera voraz, derribaron a tres de
los seis que estaban ahí, mientras esos tres morían, Harry subía afanosamente
sin poder salvar a sus otros compañeros, ellos no tenían armas diseñadas para
eliminar semejante amenaza, cuando pudieron salir, no pensaron en pedir
refuerzos, sólo llegar a la estación de policía y buscar más hombres y
municiones.
Mientras todo esto ocurría, Paterson
ya tenía el punto exacto para atacar la ciudad, todo debía pasar en pocos días,
en el momento menos esperado, ya contaba con todo lo necesario para producir
caos, las alcantarillas de la ciudad ocultaban decenas de criaturas agresivas y
hambrientas, además de otras decenas de zombis en bodegas a las afueras del
lugar. Hubo un receso en los ataques, todo con el fin que las autoridades se
volvieran a confiar y descuidar en la protección ciudadana.
Ya en días posteriores, Harry y Chrystal
se encontraron para ver cómo podrían recuperar evidencias del lugar de los
hechos, ellos quedaron casi repudiados por la narración de lo sucedido, a Harry
se le retiró de su cargo por llevar de una forma errónea el caso y también por
la desaparición de tres de sus hombres, viendo todo esto, tanto él y Chrsytal
decidieron actuar voluntariamente para dar con una respuesta.
Comenzaron por conseguir armas de
corto alcance, que fueran más contundentes para contrarrestar ataques a corta
distancia, luego Harry encontró una vieja escopeta con pocos cartuchos, él
sabía que encontraría más en la estación de policía, el problema era que él ya
no pertenecía allá, por eso le encargó a un amigo que le buscara ese tipo de
balas de forma clandestina.
Chrystal por su parte le comentó a
algunos de sus amigos, ellos ya conocían la historia, por eso se interesaron en
ayudarla, pero era entrar en territorio desconocido, no sabían a qué se iban a
enfrentar, ella les habló del peligro que podían pasar, y que por ningún motivo
podían enfrentar solos a esa amenaza, tendrían que utilizar armas. Muchos de
ellos no habían tenido en sus manos pistolas, por eso los jóvenes y Chrystal
fueron donde Harry a aprender el uso y manejo de armas de fuego.
Ya con un equipo conformado fueron a
buscar esas evidencias, y tenían que ir hacia las alcantarillas de la ciudad,
llegaron al mismo lugar donde vieron los zombis la última vez, el mismo
callejón oscuro donde quedaron los restos de indigentes y policías, Harry fue
el primero en entrar para registrar el lugar, luego los demás del grupo
incluyendo a Chrystal, la mayoría contaban con armas de fuego, los otros tenían
hachas y garrotes. Las linternas encendidas alumbraban ratas y charcos de
residuos opacos, desperdicios que eran comunes en el lugar, más adelante vieron
ropa destrozada, con las falanges humanas en estado de descomposición regadas
por todo el suelo, pero aún no veían a los personajes que atacaron hace unos
días, eran 10 personas en total, entre todos recogieron los huesos y la carne
podrida que abundaba allí.
Al no encontrar los esquivos zombis
prefirieron alejarse del lugar y regresar a la calle, por alguna razón esa
tubería ya estaba deshabitada, pero ya con evidencias podían contar una
historia más contundente a las autoridades. Al día siguiente llevaron los
restos al centro médico militar donde tenían lo necesario para indagar la
procedencia de la carne. En pocas horas se enteraron que muchos de esos restos
pertenecían a personas desaparecidas, y también a algunos NN que seguramente
eran los indigentes y recicladores que se perdían en las noches.
Ya con estas evidencias los militares
tomaron en cuenta la versión de Harry, y de inmediato alistaron un escuadrón
para revisar algunas cloacas de la ciudad. Ya para ese momento Paterson iba a
arremeter con su horda de zombis en los diferentes puntos de la ciudad, con
algunos secuaces utilizaron camiones para transportar sus maléficos ayudantes
hacia la ciudad, llevaban la plaga como si fueran ganado maldito, Paterson
contaba con el capital suficiente como para llevar varios contenedores repletos
de zombis agresivos, prestos para desatar una plaga de ira y desesperación en
la sociedad.
Cerca de las 17:00 horas llegaron los
primeros camiones al centro de la ciudad, estaban adornados con publicidad de
encomienda, para no dar sospechas, fue en un instante cuando se abrieron las
puertas y la plaga fue invadiendo la ciudad, muchos incautos y desprevenidos
parroquianos no tuvieron ni tiempo de correr, sólo de gritar, era como un
enorme manicomio, era la pesadilla que se hizo realidad, Paterson no estaba en
el lugar, iba a llegar con el último contenedor, con los zombis más agresivos y
testarudos, porque eran en vida seres humanos con una condición física enorme,
eran los perfectos asesinos por su fuerza y todavía energía.
Harry y Chrystal estaban con los
militares cuando se enteraron de la invasión de los muertos inconscientes y
asesinos, vieron fotos y videos que ya estaban en la red, así que los soldados
disponibles acompañaron a los incansables personajes (Harry y Chrystal), casi a las
21:00 horas la ciudad era un caos, en poco tiempo los cadáveres inundaban las
calles, Harry utilizando su vieja escopeta, abría camino entre el mar de
cuerpos putrefactos, quería salvar a los ciudadanos que se escondían indefensos
en algunos locales comerciales del centro, antes de llegar vio como uno de los
zombis atacaba a una señora, él sin protocolos disparó en toda la frente de la
criatura, que en milésimas de segundo explotó, dejando a la señora
completamente salpicada de sangre, pus y entrañas de muerto.
Al día siguiente la lluvia aplacaba a
los desastrosos entes, parecía que era algo bueno dentro del caos originado, el
agua los convertía en seres un poco más calmados, o por lo menos más lentos y
menos voraces, aprovechando la situación, Harry y Chrystal encañonaron a varios
de ellos todo para ayudar a las personas que se resguardaban en diferentes
lugares, entre ellos basureros; sabían que la lluvia no duraría mucho y que ya
existían muchas personas asesinadas, las más jóvenes atrapadas por zombis, el
60% de la ciudad estaba alterada, y ni el ejército podía hacer algo, eran 15 a
uno, era la ventaja numérica de zombis sobre soldados.
Chrystal y Harry decidieron huir
juntos, sabían que la lucha no la podían efectuar solos y que debían prevenir a
personas de ciudades aledañas, era el motivo para abandonar la lucha; Paterson
tenía el dominio de la ciudad y su plan dio los frutos suficientes como para
haber causado un gran daño social, acabando con casi todo el lugar, su primera
meta la había logrado, desestabilizar la sociedad y la cotidianidad, y
controlar un grupo de entes que obedecían todo lo que él les encomendara.
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