La paz en Colombia la han buscado los
dirigentes desde hace décadas, y los ciudadanos han sufrido también años de
conflicto, esperando esa anhelada paz; vemos una guerra que no tiene fin, el
actual mandatario colombiano Juan Manuel Santos, tuvo como punto central en la
campaña para la presidencia la idea de terminar con la guerra, millones de
colombianos (7.816.986) votaron por él confiando en el proceso de paz
que se desarrolla en Cuba, los colombianos con el paso de los meses han perdido
las esperanzas del diálogo, teniendo en cuenta las oleadas terroristas que
durante dicho proceso han efectuado los guerrilleros, es inevitable no recordar
los hechos más recientes que se relacionan con el daño ambiental originado por
el derrame de crudo en zonas rurales del departamento de Putumayo, son millones
que pierde el país por el capricho delincuencial además lo mencionado
anteriormente como el daño ecológico a la región, y también el perjuicio para
los lugareños que viven de los cultivos que produce la tierra.
La situación del terrorismo hace que se
pierda la fe en el proceso, seguramente el presidente tiene toda la mejor
voluntad para evolucionar para bien de Colombia el camino hacia la paz, pero
observamos algo muy distinto del grupo revolucionario, los ciudadanos no los
ven con intenciones reales, porque el proceso se dilata y los avances en temas
bélicos no se cristalizan, se recalca en este tema por los efectos armamentistas
de la guerrilla, muchos civiles y soldados han caído en el conflicto, muchos
inocentes desaparecidos en la guerra, un caos social que ha generado falsos
positivos, miles de desplazados, acciones armadas donde no sólo caen
guerrilleros, caen niños que obligados por las circunstancias están en las
filas subversivas, además de los campesinos que no tienen otras posibilidades y
se tienen que unir a los grupos ilegales, si la paz se hubiera logrado, aunque
viendo el país, se hace difícil pensar que los falsos positivos no se darían,
nadie asegura eso.
Tanta suciedad en la política no se puede tapar
con un dedo, pero tampoco la realidad de la cochina guerra que no acaba por los
beneficios a cada bando, ejército y guerrilla se benefician, 1° un pastel de la
plata de la nación para fuerzas militares en su negocio bélico, 2° la guerrilla
no quiere paz porque hacen sus negocios de drogas y les entra millonadas,
entonces yo como observador digo, ¿el proceso de paz es un engaño del gobierno
para ser más popular? Donde se sabe que en el fondo nadie quiere ceder sus
beneficios en sus trueques y negocios sucios, la guerra no es buena para nadie,
pero acá eso lo veo que no lo piensan acabar, y más por el lado de los narcoterroristas
que siguen sin dar un buen lado, y quieren ser absueltos de sus delitos ojo a
eso, porque hay militares investigados por corrupción, que merecen ser juzgados
también como cualquier fulano criminal.
Tenemos que ver qué ocurre en los días de cese
unilateral, lo que se recuerda es que el Gobierno no puede descuidar regiones
donde operan otros grupos al margen de la ley, o sea que queda complicado
también para las fuerzas militares ceder terreno a las Farc, su misión es
proteger el territorio nacional de la tropas ilegales, es posible que sea algo pesimista
con todo lo relacionado al proceso de paz, pero es lo que hemos visto los
colombianos en los casi 3 años de diálogos, y lo que realmente importa es el
fin de las hostilidades, pero cada día salen noticias donde la guerrilla de las
Farc aparece como protagonista, para finalizar existe un dato oficial del Centro de Recursos para el Análisis del Conflicto (Cerac) en el que se registran 83 actos violentos durante el mes
de junio de la guerrilla a instituciones oficiales y población civil, no es un
dato menor, y demuestra las intenciones negativas de la guerrilla, reitero,
la guerra no es buena para el pueblo, es un gran negocio para algunos, y desde
que exista disponibilidad y buena fe de las partes todo saldrá bien, de lo
contrario es gastar pólvora en gallinazos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario