Pensar en lo común que podría llegar a ser, como sucede en muchas
ocasiones, se piensa en la persona como alguien realmente especial, para que al
final, la conclusión sea otra; tan ordinaria, tan normal, era darse cuenta que
nunca fue lo que se llegó a pensar en cierto punto. Todos tenemos sombras que
nos persiguen, ecos de hechos no muy gratos, ella escondía varios, seguro por
eso se transformó en una persona enigmática, alejada, prevenida, como
ahuyentada, quizá para no confrontar a sus demonios.
Los ángeles se
vuelven espectros salidos del infierno, con miradas engañosas y gestos de hipocresía,
con todo tipo de trucos para desestabilizar la sociedad, y así pasar ocultos
entre la multitud aturdida. La conciencia se nubla, las acciones alentadas por
otros insensatos originan eso, que las beldades se conviertan en entidades ya
negras, manchadas. Es desalentador pensar que ya no serán lo mismo de antes, y
claro preguntas que nunca se deben hacer, porque sin duda la respuesta puede
ser tan dolorosa que una hipótesis descabellada, por eso también es oportuno
quedarse aislado de todo tema o comentario relacionado, igual queda la duda,
que en un tiempo se sabrá. Yo no soy el enemigo, claro que nadie es santo, por
eso digo, "Dios bendiga a la humanidad".
No hay peor olvido que el del estómago.
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