jueves, 2 de diciembre de 2021

Al final del camino

Entrar en una etapa de hastío por la sociedad puede ocasionar que la vida cambie bruscamente, los lazos con lo cotidiano se rompen para adentrarse en un mundo austero, solitario y con muy pocas comodidades.

Es probable que muchas personas hayan pensado en dejar todo tirado por la monotonía de las normas sociales que nos rigen, las obligaciones laborales y familiares, además de las pocas emociones que se viven en entornos  cada vez más limitados por la tecnología, se pierde diariamente el espíritu humano aventurero y la cualidad del asombro, porque todo el ambiente donde se desenvuelven las personas es inerte y se van creando autómatas que desprecian la importancia de la interacción con la naturaleza.

Into The Wild es un largometraje dirigido por Sean Penn, basado en una historia real, de un joven llamado Christopher McCandless que decide olvidarse de su mundo conocido, para iniciar un viaje a un lugar inhóspito con un objetivo, encontrarse como ser humano y explorar el mundo que lo rodea pese a las muchas vicisitudes que aparecieran en el camino.

 
Póster de la película

Queda claro que la libertad que busca Christopher es dolorosa y angustiante, pero nunca lo detuvo para disfrutar instantes de paz que ofrece la lejanía. Durante su recorrido también conoció personas valiosas que ayudaron a enriquecer su experiencia.

Ya entrando en la creación musical que acompaña la travesía, contamos con la voz de Eddie Vedder, que hace su aparición como solista creando la banda sonora del largometraje, todo un lujo que se puede disfrutar al transcurrir cada escena del filme, en cada paso trascendental de Christopher McCandless.

El sentimiento que la música genera ayuda a conectar con todas las vivencias, además con un sonido donde predominan ejecuciones acústicas que resuenan con la potente voz de Eddie dolida en tramos, transmitiendo en el espectador el desconsuelo que vive el aventurero, parte de la fotografía se realizó en locaciones agrestes y amenazantes para el hombre, pero ciertamente asombrosas, Alaska con sus montañas impacta, justo es cuando la magia del montaje interviene, la música de Vedder convierte varias tomas en puntos claves de la película en la que se reflexiona y el espectador se identifica con el personaje, asimilando su odisea.

A lo largo de la historia queremos saber más sobre el protagonista, la raíz del relato es inspirada en hechos reales narrados en el libro Into The Wild publicado en 1995 por el periodista y aventurero Jon Krakauer, en el que cuenta como transcurrieron los dos años de itinerario de Christopher McCandless buscando paz espiritual, sin interacción familiar y sobreviviendo con lo que proporcionaba el monte hasta llegar finalmente su deceso.

Al final del camino, queda una foto icónica, un autorretrato donde se aprecia a Christopher sentado en su último refugio, un autobús abandonado. A continuación, comparto una frase que aparece en el libro del periodista Jon Krakauer, donde se resume fielmente la idea inicial de Christopher cuando abandonó su vida y salió hacia un mundo salvaje y desconocido.

 
Autorretrato real de Christopher McCandless antes de fallecer

 

¨La naturaleza atraía a todos aquellos que se sentían asqueados o estaban hartos del hombre y sus obras. No sólo ofrecía una escapatoria de la sociedad, sino que representaba el escenario ideal para que el individuo romántico practicara el culto a la propia alma que con frecuencia lo caracterizaba. La soledad y la libertad absoluta de la naturaleza constituían un entorno perfecto para la melancolía y la exultación¨.

 

Roderick Nash, Wilderness and the American Mind

 

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